Yo nací el 11 de enero de 1962. ¡Eran otros tiempos! Ahí tenéis mi partida de nacimiento para que podáis comprobar que fuí inscrita como Mª Cristina Ésteban y Pérez y... ¡hembra!

Lo de los apellidos no se trata de ningún error, la ley española determina que el orden de los apellidos al efectuar la inscripción en el Registro Civil será siguiendo el orden: primero el del padre y segundo el de la madre. Por aquel entonces mi madre se apellidaba Pérez Jáuregui. Como veréis la afición por el cambio de los apellidos me viene de familia...

http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/l40-1999.html

Mi abuelo materno, Nicolás Pérez, decidió hacer compuestos sus apellidos quedando éstos como Pérez-Serrano. Ver la primera subsanación en mi partida de nacimiento.

En 1965, mi madre toma la determinación de separarse. Tenía por aquel entonces casi 30 años y cuatro hijas la mayor de 9 años y la pequeña (yo) de sólo 3 y, naturalmente, no contaba con ningún apoyo familiar. Demostró mucho valor, para mi familia "locura".

Por una serie de razones que no voy a contar (mi padre aún vive y si bien creo que no ha hecho gran cosa por mí, mi madre me enseñó el valor de la palabra respeto) cuando cumplí la mayoría de edad empecé a pensar en homenajear a mi madre y se me ocurrió que la mejor manera de darle las gracias y demostrarle lo orgullosa que me sentía de ser su hija era llevando sus apellidos. Por tanto, decidí cambiar el orden de mis apellidos en el Registro Civil, dejando en primer lugar el de mi madre y a continuación el de mi padre.

Página de contacto del Registro Civil: http://www.mjusticia.es/

La gestión resultó bastante sencilla, después de varios intentos infructuosos.

Y esta es para mí "la importancia de llamarse Pérez".

No obstante, aprovecha un ratillo para leer la obra de teatro de Oscar Wilde, "La importancia de llamarse Pérez" en inglés The importance of being Earnst" (sic. la importancia de llamarse "formal") y lánzate a la aventura de bunburizar.

Muax,